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El 55 - 70% del cuerpo adulto humano está compuesto de agua. Se ejecuta a través de la sangre  y habita en el espacio entre las céculas. El agua es esencial en la regulación de la temperatura corporal a través de la transpiración, que a su vez disipa el exceso de calor, manteniendo el nivel óptimo de hidratación...

Ayuda en la digestión y absorción de alimentos, lavado y limpieza de las toxinas y otros desechos fuera del cuerpo, llevando nutrientes, hormonas, anticuerpos y oxígeno en la corriente de la sangre y del sistema linfático, manteniendo la protección de órganos y tejidos, incluyendo la médula espinal de golpes y daños.
Los seres humanos pueden vivir sin alimento por más de 2 meses, pero no pueden vivir sin agua durante varios días. La mayoría de nosotros no bebemos suficiente agua. El mínimo consumo recomendado diario de agua es de 2 litros. El líquido perdido a través del sudor, la orina, o el aire exhalado y las funciones de otros órganos debe ser reemplazado reponiendo el agua perdida ya que el cuerpo entra en deshidratación y puede causar diversas enfermedades en su lucha para mantenerse sin suficiente agua.
El color de la orina se puede utilizar como un barómetro de la deshidratación. Orina clara indica que está bien hidratado, pero orina de color amarillo indica que es necesario beber más agua (por supuesto, usted tiene que recordar también que las vitaminas y los alimentos altamente pigmentados darán color a la orina).
La mayoría de las personas son conscientes de que la deshidratación puede causar enfermedades graves, PERO rara vez saben que beber demasiada agua en un corto período de tiempo, más rápido de lo que su cuerpo puede sudar, orinar o respirar hacia fuera, puede ser fatal e incluso mortal.
Los riñones regulan la cantidad de agua, sales y otros solutos que salen del cuerpo. La gente asume que si bebe demasiado sus riñones se deshacen del exceso de agua. Esto no es cierto en absoluto. Cuando uno bebe demasiada agua en un corto período de tiempo, los riñones no son capaces de eliminar lo suficientemente rápido y la sangre se encharca. 
El exceso de agua sale de la sangre y, finalmente, entra en las células. El exceso de agua hace que la célula se hinche como un globo para acomodarse y pone en tensión los órganos. La mayoría de las células tienen espacio para estirarse porque están incrustadas en los tejidos flexibles, tales como grasa y músculo, pero este no es el caso para el cerebro, que no tiene espacio para expandirse dentro del cráneo y puede provocar un ataque, paro respiratorio, coma o incluso muerte.
Esta condición se conoce como intoxicación de agua. Afecta a los impulsos y perjudica los procesos mentales. Los síntomas de la hiponatremia incluyen dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, desorientación, letargo, agitación y micción frecuente.
Hay que equilibrar lo que se está bebiendo con lo que se está sudando, es decir, el mantenimiento de un equilibrio adecuado de agua y electrolitos como el sodio (sal). Sin embargo, la medición de la producción de sudor no es fácil. ¿Cómo determinar qué cantidad de agua se debe consumir?
La respuesta depende de su dieta, hábitos de ejercicio y el medio ambiente. Si usted come más alimentos ricos en contenido de agua, como verduras y frutas, no puede beber demasiada agua. Si suda regularmente debido al ejercicio o el clima, es posible que necesite más agua para evitar la deshidratación. El mejor indicador es un barómetro sed, "beber según tu sed".
Cuando crecemos nos enseñan a beber al menos ocho vasos al día, pero su consumo por volumen fijo no es fiable, ya que cada individuo es único y el volumen de movimiento diario de líquidos es diferente.
Para ayudar a mantener el fluido adecuado y el nivel de sal, sería conveniente pesarse antes y después de un ejercicio pesado. Cada pérdida de peso de 1 kg es igual a 1 litro de agua. Tómelo con calma y no se apresure a beber agua potable después del ejercicio, y asegúrese de que no se siente hinchado y con sensación de malestar. Beba cuando sienta la necesidad de líquidos y NO tome tragos en grandes volúmenes, antes, durante o después de un ejercicio intenso o una carrera.